Feliz Día de la Madre

Llevo un tiempo dando vueltas al post de este año para el Día de la Madre. Este post quería que fuera más intimo y personal que el de años anteriores 

Como ya sabéis soy madre de dos niños maravillosos. Dos niños muy deseados y queridos. Debido al convenio regulador firmado con su padre, disfruto de mis hijos menos tiempo del que quisiera. Antes de mi separación escuchaba la tan manida frase » no se trata de la cantidad de tiempo que se pase con ellos, si no la calidad del mismo», y me parecía absurda. Ahora visto con una cierta distancia, estoy totalmente de acuerdo con ella. 

Mis hijos vienen a casa felices de haber estado con su padre, al que adoran, y felices también, sabiendo que la «hiperactiva» de su madre les habrá preparado mil y una actividades. 

Soy consciente de que el tiempo corre en mi contra, y sé que se me acaban las oportunidades de que ellos quieran seguir las locuras de su madre. Supongo que es cuestión de vida y que así debe ser. No obstante, entenderéis que me resista, y que a costa de quedar como una pesada, mientras yo vea ese brillo de ilusión en sus ojos, cada vez que les plantee uno de mis planes, seguiré haciéndolo. 

La maternidad para mi ha significado muchas cosas:

– Responsabilidad: Traes al mundo vidas que non han pedido venir, y te sientes responsable de todo lo que les ocurra. 
– Vértigo: Nadie te da el manual de «madre», lo vas haciendo tu día a día de la mano de tus hijos. Además con el agravante de lo que te valió con el primero, con el segundo no te vale.
– Amor profundo: Con una intensidad sin límite.
– Generosidad: Siendo madre he aprendido a dar todo lo que hay en mi corazón sin esperar nada a cambio. 

Podría seguir dando calificativos acerca de lo que ha significado para mi ser madre. Sin embargo lo que más me ha llegado al corazón y más me ha llenado de felicidad, ha sido volver a sacar del olvido a esa niña que hay en mi. Esa niña feliz, inquieta, curiosa y sincera, que siempre ha estado ahí, y que sin embargo supo esconderse o amoldarse a las circunstancias mientras crecía. Después como se suponía que eres adulta, no la podías dejar salir. 

Doy gracias a mis hijos por haber hecho darme cuenta de este error. No debemos ocultar a ese niño que todos llevamos dentro. Debemos dejarle salir y estar presente en nuestro día a día. Tengo comprobado que el día que me levanto con «la niña despierta», me dicen que estoy radiante y feliz. Y en el fondo me siento así. 
A ambos les estoy muy agradecida por haber rescatado del olvido a esa Susana, que de no haber sido por ellos, habría caído en el olvido y en el hastío del devenir del tiempo. 
Se dice que las madres dan la vida a los hijos. En mi caso ha sido al revés, mis hijos me la han dado a mi. 

Feliz Día de la Madre 

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